México va por triunfo ante Nueva Zelanda

Previo a Brasil 2014, México aplastó a Nueva Zelanda con un contundente 9-3 global.

De la Selección portuguesa de Cristiano Ronaldo, campeón de la Euro y estilo “latino”, a la Nueva Zelanda, de aspiración “británica”, que nunca ha ganado un partido en torneos FIFA y acumula 10 juegos sin ganar en Copa Confederaciones. A diferencia del primer partido en el que Portugal era amplio favorito, ahora el Tricolor porta esa etiqueta para enfrentar hoy a Nueva Zelanda en su segundo duelo. Así será el contraste para el Tricolor en busca de su pase a las Semifinales, donde corre el riesgo de la tradicional relajación. Agrandado contra las potencias, el cuadro azteca suele sufrir contra los equipos menores que se le encierran. Si contra Portugal la victoria no era obligación, frente a los oceánicos vaya que lo es. Este partido podrá definir el futuro del equipo en la competencia, pues no sólo valdrían los tres puntos sino la cantidad de goles con la que pueda conseguir el triunfo. SIN CONFIARSE La peor estrategia sería la de la relajación, a pesar de que el “Tri” tiene una marca casi perfecta frente a Nueva Zelanda (cinco triunfos y una derrota), a quien golearon dos veces en el repechaje hacia Brasil 2014 y vencieron 2-1, sin europeos, en octubre en amistoso. “Contra Nueva Zelanda, es difícil el compararlo con la intensidad con la que jugamos econtra Portugal, saber cómo no caer en la displicencia, no vamos a ganar solo por ser México. “Una de las formas es refrescando al grupo y planteando un partido teniendo las herramientas necesarias para contrarrestar su juego”, comentó Osorio. ROTACIÓN GARANTIZADA Una vez más se avecinan las rotaciones, al menos de la mitad de la plantilla, comenzando por el portero ya que, de acuerdo con algunas versiones, Alfredo Talavera apunta para ser el titular. La clasificación FIFA también es reflejo de esos contrastes, ya que México está en la posición 17, mucho más cercano a la octava de Portugal y bastante lejos del lugar 95 de los Kiwis. De ese tamaño es la diferencia, tan grande como el imponente Estadio Fisht, sede de la inauguración de los Olímpicos de Invierno del 2014.