Culpan a medios de tragedia del Sismo

México atraviesa por un proceso de duelo nacional. Quienes no se vieron afectados directamente por el sismo del 19 de septiembre, pasan por un proceso de duelo debido a la empatía con los sobrevivientes y con las víctimas. Pausar el consumo informativo ayuda a procesar el trance.

Junto al proceso de duelo, la población de las comunidades afectadas por el terremoto se enfrentan al síndrome del sobreviviente. La exposición sin pausa a la información interrumpe el proceso de duelo de las personas, haciendo que revivan las emociones experimentadas durante un evento catastrófico, además de provocar un sentimiento de culpa en quienes dejan de estar atentos a las noticias y que les impide desconectar, explicó el vicepresidente la Asociación Mexicana de Tanatología, Ricardo Domínguez Canales, psicólogo y tanatólogo.

Los integrantes de los cuerpos de rescate como Los Topos, los ciudadanos voluntarios, brigadistas y los elementos de los cuerpos institucionales presentes en las labores de búsqueda y rescate presentarán también secuelas psicológicas al haber estado en la primera línea de la tragedia.

El síndrome del sobreviviente es resultado del impacto que se da entre el sentimiento de culpa y la sensación de tranquilidad por haber sobrevivido —a diferencia de las víctimas mortales— al terremoto del 19 de septiembre. Cuando el estado de alerta en el que entra la persona pasa por la emergencia, sobreviene un estado de dolor y depresión. En promedio, este síndrome se presenta dos o tres semanas después del suceso que provocó la emergencia. Pasados tres meses, si el síndrome del sobreviviente persiste, se habla un problema postraumático grave que debe ser atendido de inmediato.

El recuperar el cuerpo de una víctima es un factor decisivo para que los sobrevivientes puedan regresar a hacer contacto con su realidad y a volver a su funcionalidad. El especialista recordó las acciones emprendidas por alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, para ayudar al duelo de los deudos de las vítimas de los atentados contra las Torres Gemelas. A casi dos meses de estos hechos, Giuliani encabezó una ceremonia en el sitio de la tragedia en la que entregó urnas con cenizas a los deudos de las víctimas de las que no pudo recuperarse el cuerpo. Para el doctor Domínguez, esto fue un acierto, pues dio a quienes sufrieron una pérdida algo concreto en lo cual depositar el sentimiento de tristeza y dolor, y la oportunidad de realizar los ritos funerarios, hechos que ayudan a llevar a buen término el proceso de duelo.

Para el tanatólogo, México atraviesa por un proceso de duelo nacional. Explica que quienes no se vieron afectados directamente por el terremoto del 19 de septiembre, pasan por un proceso de duelo debido a la empatía que se genera en un suceso así tanto con los sobrevivientes como con las víctimas, al identificarnos de la fragilidad de la vida humana, que recuerda a cada uno la propia fragilidad y mortalidad, y que provoca un estado alterado, que menguará pasado un tiempo.

Medios de información y comunicación

Este estado alterado que se generó entre la población, y que es parte del proceso de duelo, se vio reflejado en varios hechos. Uno de ellos, fue la copiosa producción de textos que se vio durante los primeros días tras la tragedia en las redes sociales. La necesidad de escribir por parte de las personas obedeció a un impulso de hacer catarsis a través de la escritura, con la que se ayudaban a desahogar las emociones a la vez que intentaban analizar los sentimientos que emergieron a partir de esta pérdida.

En un inicio, este impulso es benéfico en un proceso de duelo, pues ayuda a generar una narrativa en la que se explica lo sucedido. Pero todo en exceso se vuelve patológico. El tanatólogo alertó que la exposición sin pausa a la enorme cantidad de textos e información relativos al sismo que corren en las redes sociales y en los medios, impide que el proceso de duelo siga su curso hacia la superación del problema. El someterse a una exposición continua a todo lo referente al sismo, hace que las personas reactualicen el duelo, provocando que se revictimicen y generando con ello un estado de ansiedad y alerta que a la larga provoca agotamiento, y que impide que den otros pasos necesarios para superar el duelo.

La recomendación es desconectarse del caudal de la información por un mínimo de cuatro horas al día, periodo en el que se debe suspender toda exposición a lo relativo al sismo. Para muchas personas, el desconectarse del tema del sismo les provoca culpa, al pensar que ellos sobrevivieron a diferencia de otros, y que no es más que un efecto del síndrome del sobreviviente ya descrito. La desconexión total tampoco es aconsejable, pues implicaría una falta de contacto con la realidad.

Los medios de información pueden ayudar a la población a hacer su proceso de duelo. Sin dejar de cumplir con su deber de informar, deben proponer a las personas al mismo tiempo que se tomen pausas lejos del caudal de las noticias, para que puedan recuperarse de los efectos sicológicos del sismo y asimilar que ya no se puede volver a la normalidad. El sismo transformó al país, y sus habitantes debemos apreder a lidiar con esta nueva realidad, y el llevar bien un proceso de duelo puedo ayudar a ello.